Reseñas presentadas en el marco de la emisión Vida Calesita, todos los lunes de 21 a 22hrs por RADIO OREJA.

martes, 24 de marzo de 2015

La Source des Femmes

(La Fuente de las Mujeres). De Radu Milhaileanu. Con Leila Bekhti, Hafsia Herzi, Hiam Abbass, Saleh Bakri, Biyouna, Sabrina Ouazani. Francia/Marruecos. 2011.




La Source des Femmes es un cuento, sin ubicación concreta pero podemos situar la historia en el Norte de África por los paisajes, la cultura y el idioma. Cuenta como las mujeres de un pueblo deciden empezar una huelga del sexo para discutir la organización social del pueblo. Tienen que ir regularmente a buscar agua en la montaña para proveer el pueblo. El camino es dificil, peligroso y el agua pesa. 

Más allá de denunciar la situación de las mujeres en una cierta región del mundo, las violencias familiares, la oposición a la educación de las nenas, los matrimonios forzados, la sombra del Islam radical que siempre planea, nos retrata dos visiones de la vida a través de dos personajes antagónicos. Leila que organiza y lidera la huelga, figura de la libertad y de la emancipación, y su suegra que se opone a la huelga en nombre de la tradición y de la cultura. 

Son mujeres modernas las que vemos pelear para la mejora de su cotidiano, que hablan de sexo y de deseo muy abiertamente, que miran telenovelas españolas, que sueñan con amar libremente. Y en este mundo dominado por los hombres, donde se tienen que callar y cumplir, las mujeres se levantan y cantan, cantan su huelga, sus aspiraciones a un poco más de libertad.






Birdman: Or (The Unexpected Virtue of Ignorance)

(Birdman o (La Inesperada Virtud de la Ignorancia)). De Alejandro González Iñárritu. Con Michael Keaton, Edward Norton, Naomi Watts, Emma Stone. Estados Unidos. 2014. 




Birdman es ante todo una proeza técnica. Ya se vieron películas filmadas en un único plano secuencia – esos planos sin corte ninguno. Pero Birdman no es un solo plano secuencia. Y la proeza de Iñarritú y de sus geniales editores Douglas Crise y Stephen Mirrione, es de dar esta ilusión. 

Lo seguimos a Riggan, ex estrella de películas de superhéroe, en su intento de volver bajo las luces del éxito. Lo seguimos en los corredores del teatro donde está por estrenar una obra cruzándonos con las personas que comparten con el esta nueva aventura. Si bien, vivimos la preparación, los ensayos y el estreno de la obra en tiempo real, caminando detrás de Riggan, este vuelo de un camarín al otro pasando por el escenario y unos escondites detrás de unas escaleras, nos da una sensación de fantasía. Probablemente porque no estamos acostumbrados a este tipo de lenguaje cinematográfico. Y esto nos permite aceptar los elementos concretos fantásticos salpicados en la historia sin nunca buscar racionalidad

Por más que tomamos esta caminata en los entrañas del teatro de la forma más real posible, acompañados por un ritmo sordo a la batería,  no somos ingenuos. Sabemos que Iñarritú nos lleva exactamente donde quiere llevarnos, que vivimos exactamente la situación que quiere que vivamos. Somos más que un paseador un poco curioso. Estamos en la cabeza de este actor envejeciendo en búsqueda de la gloria perdida. 





Miss Violence

De Alexandros Avranas. Con Themis Panou, Reni Pittaki, Eleni Roussinou, Sissy Toumasi. Grecia. 2013. 




El tono de la película está dado desde los primeros minutos. Primer plano: una puerta cerrada. Es la primera puerta cerrada de muchas durante Miss Violence porque a lo largo de la película, el espectador se da cuenta de que, por más que la mayoría del tiempo está encerrado en un departamento mirando vivir a una familia, no es más que un títere paseado por el director y dejado a fuera de muchos momentos claves de esta familia. A pesar de compartir la vida de estos personajes en sus instantes más rutinarios, no somos un espectador omnisciente. De eso nos damos cuenta a través de una filmación sin movimientos. Los personajes entran y salen del campo cortando nuestra contemplación y entendimiento de lo que está realmente ocurriendo. En realidad, no vemos más que lo que querrá mostrar la familia a los servicios familiares cuando vendrán a investigarlos. 

Sigue la película. La puerta se abre y salen en silencio dos niñas de vestido blanco, las caras graves. Es el cumple de una. Lo festeja con la familia, una familia en la cual parece difícil saber bien cuales son los vínculos de parentescos entre sus distintos miembros. Lo que si, se nota que todo gira alrededor del único hombre de la familia. Que es casi el único en hablar, y las mujeres y los niños parecen revolotear a su alrededor en un baile tranquilo. La fiesta es tranquila, le falta alegría, una sombra cubre la escena de la misma forma que cubre la mirada de la cumpleañera. No sabemos nada pero sentimos que hay algo que no está bien. 

Y viene la escena culminante del principio de esta película. La cumpleañera se asoma al balcón y se tira en silencio. Miss Violence describe la vida de esta familia después de la muerte de la nena de 11 años. Una vida que termina abriéndonos las puertas de su indecible violencia






jueves, 19 de marzo de 2015

The Imitation Game

(El Código Enigma). De Morten Tyldum. Con Benedict Cumberbatch, Matthew Goode, Keira Knightley. Reino Unido. 2014. 




The Imitation Game tiene la ventaja de contar una historia real que fue escondida durante mucho tiempo y de reconocer un gran matemático que fue injustamente discriminado y borrado de la Historia. Presenta la vida de Alan Turing, un matemático muy brillante que fue contratado por los servicios secretos británicos durante la Segunda Guerra Mundial para descifrar el código secreto usado por los alemanes para comunicarse entre ellos. 

La película me divirtió porque muestra todos los mecanismos de la guerra con sus servicios secretos, sus espías, sus maniobras políticas. Los ingleses no querían ganar la guerra porque Hitler era Hitler, el personaje diabólico que todos conocemos hoy en día, sino porque era el enemigo militar. 

The Imitation Game reconoce Turing recién 50 años después de que haya permitido a los Aliados de ganar la guerra. Porque Turing descifró el código Enigma creando la primera computadora de toda la historia de la humanidad. Las que usamos hoy en día son de hecho el resultado de investigaciones que se hicieron sobre el prototipo fabricado por Turing. Y si su nombre no es conocido, es porque primero había que guardar el secreto de su logro por si había otra guerra contra Alemania pero también porque el científico fue apartado de la sociedad por ser gay. Y ser gay en esa época era ilegal. El pobre Turing fue condenado a tomar un tratamiento hormonal durante dos años y terminó suicidándose, solo, totalmente anónimo.  En aquella época, la sexualidad importaba más que salvar un continente de un monstruo. 





White Bird in a Blizzard

De Gregg Araki. Con Eva Green, Shailene Woodley, Christopher Meloni. Estados Unidos. 2014. 





Descubrimos a través de flashbacks, una familia estadounidense básica de clase media en los años 90. Una ama de casa aburrida, un padre borrado y silencioso, una joven adolescente que descubre la vida y se construye en oposición al modelo familiar. 

Esa monotonía está acentuada por el relato de la adolescente de una voz en off muy suave, medio apagada, sin mucha emoción. Porque al principio Kat no parece padecer mucho de la ausencia de su madre. Pero aparecen angustias, relatadas a través de paréntesis oníricas de una búsqueda en vano. 

Estas angustias parecen estar llevadas por curiosidad no más, no por un sentido de abandono por la tristeza. La ausencia es sutil, liviana pero presente. Y de una situación tan crítica, el espectador se lleva una sensación de malestar tranquilo, de que algo está mal pero sin sentir desesperación, y sigue la voz de Kat en su recorrido tranquilo sin apresurarse mucho para llegar al desenlace. 

A mi lo que me encanta de Araki es su estética, sus colores, su universo pop. Y White Bird logra impregnar a esta familia sin ningún interés con la energía de una explosión de colores vivas, contraste de una existencia sin sentido. 






La Faute à Fidel

(La Culpa es de Fidel). De Julie Gavras. Con Nina Kervel-Bey, Julie Depardieu, Stefano Accorsi. Francia. 2006. 




Anna tiene unos 10 años. Vive en una casa grande con su mama francesa, su papa español, su hermanito y su niñera, Carmen, cubana. Pero un día, su tía y prima españolas llegan a París, huyendo la dictadura de Franco y su papa empieza a trabajar para la campaña presidencial de Salvador Allende. Y se derrumbe el mundo de Anna. Mudanza, dispensa de catequesis, despido de Carmen e invasión del nuevo departamento de barbudos. Y Carmen le aviso a Anna antes de irse, los barbudos son peligrosos, son comunistas.

Descubrimos los cambios de esta familia clásica de clase media a través de la mirada de la nena, la mayoría de sus planos están a su altura. Como mira por arriba con admiración a su otra tía, la que se casó, la que se parece a una princesa. La sensación de ahogo cuando está rodeada de los barbudos fumando, metáfora de un combate político invadiendo su caparazón familiar. La vista tapada por siluetas desconocidas cuando participa en una manifestación de calle son sus padres.  

Y esta mirada del espectador, limitada al nivel de las caderas de los demás personajes, acompaña las reflexiones de la nena y su descubrimiento de esta nueva forma de vivir. Anna aprende a romper los clichés que le contaron sobre el comunismo, a adaptarse fuera del orden y de la disciplina, a hacer la diferencia entre el espíritu de grupo y el reflejo del hacer como los demás sin cuestionarse. Y en respuesta a su cambio de mirada sobre lo que la rodea, responden una nueva mirada de los adultos sobre ella. La Culpa es de Fidel logro conmoverme con un solo intercambio de mirada entre Anna y su madre, una mirada silenciosa llena de confianza. 







martes, 10 de marzo de 2015

Persépolis

De Marjane Satrapi y Vincent Paronnaud. Con Chiara Mastroianni, Catherine Deneuve, Danielle Darieux. Francia. 2007. 





Marjane tiene unos 10 años cuando surge la revolución islámica de 1979 y su carácter rebelde, sus ganas de libertad y su gusto de la música rock no le hacen fácil la integración en esta nueva sociedad conservadora. Rodeada de una familia progresista, crece en un ámbito politizado que pronto se desilusionará de la revolución. 

Persépolis mezcla de forma muy inteligente la situación política, social y bélica de Irán con el pasaje de la infancia a la adultez de Marjane como si fueran dos personajes antinómicos, Marjane creciendo y queriendo ejercer cada vez más su libertad, e Irán retrocediendo y limitando cada vez más las libertades. Marjane también vivirá unos años en Austria y es muy interesante la forma de describir el exilio concomitante a la adolescencia de la joven iraní.

Que la película y la historia sean tan personales le da otro tono porque contiene el resentido de Marjane en cada situación, sus diálogos con Dios, su interpelación por dos religiosas radicales que casi la hacen desaparecer bajo los pliegues de su velo integral. 

Para mí, lo que sublima Persépolis del todo, es la música, usada como si fuese la consciencia de Marjane, nos subraya la ironía, la angustia, la ternura y el miedo de la joven iraní y ritma con mucha inteligencia este destino tan brillante desarrollado en una atmosfera muy oscura.







Wadjda

(La Bicicleta Verde). De Haifaa al-Mansour. Con Waad Mohammed, Reem Abdullah, Adullrahman Al Gohani, Ahd. Arabia Saudita. 2012. 




Wadjda describe la realidad de las mujeres sauditas con la presión cultural y las restricciones de los derechos de la mujer sin nunca nombrarlos, caricaturarlos o juzgarlos. Así, en ningún momento, está precisado que las mujeres no pueden manejar en Arabia Saudita pero la madre de Wadjda tiene que faltar el trabajo cuando se pelea con su chauffer.  Es fuerte también la relación de los padres de la nena, hija única y mujer. La madre de Wadjda vive bajo la amenaza de que su marido tome otra esposa porque no le puede dar un hijo. 

Hay una atmósfera muy particular descrita en los planos de las calles de Riad. La película está en color pero le falta color a esta vida en Arabia Saudita.  Las calles están hechas de un polvo blanco, las casas tienen paredes blancas, el cielo no está azul nunca sino de un blanco oprimente. Y las mujeres se destacan de este contra-campo blanco en su velo integral negro que solo deja adivinar las expresiones de sus ojos, figuras fantasmagóricas en una sociedad que no las quiere ver del todo. 

Y el color se encuentra en las pequeñas resistencias, el vestido rojo de la madre, inútil intento de hacerle acordar a su marido lo linda que es para que no tome otra esposa, los cordones violetas de las Converse All Star de Wadjda, la pintura azul que se pone en las uñas de sus piecitos, y la bicicleta, la bicicleta verde.






Sukkar Banat

(Caramelo). De Nadine Labaki. Con Nadine Labaki, Adel Karam, Yasmine Al Masri, Joanna Moukarzel, Gisèle Aouad, Sihame Haddad, Aziza Semaan. Líbano. 2007. 




La palabra que para mi define la película es la sensualidad, una sensualidad resaltada por un tango árabe que acompaña muchas escenas. Nos embriagamos de los olores del caramelo que usan las chicas para realizar depilaciones, de los perfumes orientales y de los productos de peluquería. Estas mujeres trabajan, lloran, se ríen, aman en este instituto donde pueden ser sinceras y enteras, donde pueden ser libres y huir de las presiones de la sociedad. Y presiones sociales, marcos culturales, hay, muchos. 

La amenaza del atento al pudor ronda y la vida está ritmada por la búsqueda del matrimonio que parece representar una cierta emancipación. Y cuando no lo tienen, como la Tía Rose y su hermana Lili, parecen vivir en la frustración, tener una vida no cumplida del todo. Caramel tiene esta inteligencia de contar cosas fuertes sin mostrar la violencia y atenuar la tensión con un humor muy sutil. Que sea maltrato policial o una operación de reconstrucción vaginal para una de las chicas que se está por casar, la libertad que anima los personajes nos hace sonreir. Nunca cae en el miserabilismo. Y así, es muy fácil identificarse con estas chicas que dentro de todo, tienen preocupaciones similares a las nuestras. Y todos los temas están abordados, la diferencia cultural, el miedo a envejecer, la homosexualidad, la relación con alguien que tiene una pareja… 

Y el instituto de belleza Si Belle es el caparazón de estas mujeres, donde pueden resistir al exterior gracias a pequeños actos de resistencia tan simple como un corte de pelo. 






viernes, 6 de marzo de 2015

Les Combattants

(Los Combatientes). De Thomas Cailley. Con Adèle Haenel, Kevin Azaïs. Francia. 2014.




Madeleine piensa que se acerca el fin del mundo. Su propósito - sobrevivir. Arnaud no sabe lo que se acerca, no sabe cual es su propósito y la sigue. 

Les Combattants retrata una cierta juventud de hoy en día, la que termino sus estudios y no sabe bien que hacer de su vida, que no ve futuro o esperanza en lo que le propone la sociedad, una juventud perdida que busca un sentido a su vida. 

No es casualidad que un amigo de Arnaud no se quiera quedar en Francia y planea mudarse a Canadá. No es casualidad la presencia del ejército que va de pueblos en pueblos, ofreciendo un empleo, un futuro, un proyecto a esta juventud desilusionada.

Y en el rechazo de esta sociedad que genera tanta desilusión, la vuelta a la naturaleza, al estado animal, a lo primario.






Whiplash

De Damien Chazelle. Con Miles Teller, J. K. Simmons. Estados Unidos. 2014.




Andrew es un joven baterista de jazz que integra la orquesta más prestigiosa de su conservatorio de música, liderada por el gran Terence Fletcher. La película gira alrededor del choque y la tensión entre estos dos gran músicos, el joven animado por una ambición sin fin y su profesor que tiene técnicas de enseñanza más que polémicas. 

No hay que ser particularmente amateur de jazz o de música para impregnarse totalmente de la carrera al éxito de Andrew, la brillante dirección de Chazelle te atrapa como si fueses sentado al lado del estudiante, detrás del set de batería, llevado por las ganas de éxito y de reconocimiento. 






Ida

De Pawel Pawlikowski. Con Agata Trzebuchowska, Agata Kulesza, Adam Szyszkowski. Polonia. 2013. 




Ida creció en un convento de la Polonia post Segunda Guerra mundial. Poco tiempo antes de pronunciar sus votos, conoce a su tía que le revela un mundo que no conocía y le revela su identidad. Es judía. 

En blanco. 
El silencio y el vació que reside en cada plano representa de manera muy sutil la falta, la ausencia y lo indecible de lo ocurrido en aquella Polonia ocupada.

Y negro. 
La tía es la tentación, la brisa que levanta el velo sobre el mundo exterior que Ida desconoce por haber crecido en un convento.