Montage of Heck es una película sobre un artista multifacético y esto
es la originalidad de este documental biográfico sobre un personaje que tantas
veces fue descrito, analizado y contado en libros y películas. Y así como
nos sumergimos en los dibujos, escritos, obras plásticas de Cobain, la película
usa varios recursos cinematográficos para que podamos disfrutar del todo de la
creatividad del músico.
Uso de imágenes de archivo, tanto de grabaciones
familiares de Cobain como extractos de reportajes o de propaganda que nos hunde
desde el principio en los años 60 en Estados Unidos. También hay entrevistas,
gran clásico del documento pero usado con parsimonia. Morgen mezcla esas
imágenes reales con extracto de películas o de programas que inspiraron Cobain. Es
más, casi caemos del todo en la ficción cuando el director da vida a anécdotas
grabadas de Cobain a través del dibujo animado.
No es lo único que Morgen anima,
también da vida a los dibujos de Cobain, que de repente se escapan de las
páginas del diario del artista gesticulando frente a nuestros ojos en un
frenesí similar a la de Cobain por expresarse de cualquier forma que sea. Las
palabras que tiraba sistemáticamente en sus diarios también se sueltan de los
ringlones como si tuviéramos el cerebro de Cobain ahí maquinando en la
pantalla, las palabras apareciendo y difuminándose, paseándonos por las
obsesiones y las angustias del cantante.
No aprendemos mucho más que esto, no
es una película sobre Nirvana, no es una película sobre Cobain como portavoz de
su generación o como estrella de rock. De hecho, Montage of Heck no trae muchas
cosas nuevas en comparación a lo que ya se había contado sobre Cobain. Por ahí,
como dos temas inéditos y más que nada, imágenes caseras de momentos
compartidos con su esposa y su hija. Momentos de los cuales no creo que
tengamos ganas de ser parte. Por más que la hija de Cobain haya dicho que
esperaba que esta película muestre un nuevo aspecto de la personalidad de su
padre, que lo presente de forma más normal y rompa con el mito, la
narración mezclando lo real usando recursos de la ficción, crea el efecto
opuesto.
Montage of Heck es más que un documental biográfico porque integra el
arte que busca describir como recurso cinematográfico. Y esto le da un aspecto
un poco surrealista que el espectador no puede impedirse de asociar con el
artista descrito.
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